Sólo se veían otros montes muy cerca de aquél, tan cerca que daban ganas de subirlos también, porque entraba como una comezón de llegar a lo llano (Lema).
A veces pensaba en lo de Salamanca, a veces en Teresa, y entonces me entraba una comezón por dentro del cuerpo.
Por otra, en fin, me espoleaba la comezón de mostrar que el Rectorado de la Universidad de Madrid sólo había sido en mi vida un accidente transitorio, y no el tranco de una carrera política secretamente deseada